¿Donde está la paz?: Patrick Longmate – Colombia, January 2020

¿Donde está la paz? 

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El 24 de noviembre de 2016 se firmó el acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia, encabezado por el entonces presidente Juan Miguel Santos, y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Ya que este acuerdo terminó un conflicto armado que duró casi 70 años, vine a Colombia con la idea de que todo el mundo se sentiría orgulloso de finalmente haber logrado la paz. Sin embargo, a través de unas entrevistas que realicé en Bogotá, parece que la paz sigue siendo esquiva en el país y los términos del acuerdo todavía polémicos.  En la entrevista planteé 3 preguntas: ¿Para usted qué es la paz? ¿Piensa que Colombia ha logrado la paz? ¿En su opinión qué constituiría la paz en el país? Cada una provocó respuestas sorprendentes.

¿Para usted qué es la paz?

Para la mayoría de los entrevistados bogotanos, la paz constituía una sociedad con más igualdad y menos delincuencia.  Este enfoque social me sorprendió, ya que, para un país que ha vivido mucha guerra, las respuestas no tenían mucho que ver con el conflicto armado como tal, sino con problemas sociales. De pronto esta suerte de respuesta refleja el fuerte regionalismo del país y la perspectiva urbana de los entrevistados. Si hubiera ido a otra región, quizás más rural, creo que las respuestas tratarían más del conflicto armado, de la guerrilla y del narcotráfico. Como reconoce Jon, vigilante rolo  [bogotano] “el conflicto armado no es mucho acá [en Bogotá] sino que es más que todo sobre los pueblos, los caseríos, los campesinos.”  Las respuestas de los bogotanos me hicieron pensar en lo que ciertos “violentólogos” colombianos  llaman “la tercera violencia”, la cual es la violencia urbana ocasionada por el desempleo y la pobreza de poblaciones marginales y rurales que se desplazaron del campo a las ciudades grandes como Bogotá, Cali o Medellín. Estos movimientos provocaron problemas sociales, como la pobreza urbana, la delincuencia y las pandillas que siguen siendo obstáculos para la consecución de la paz en las urbes.  Como afirma Laura, vendedora de aromáticas: “[en Bogotá] hay mucha delincuencia, drogadicción, no se puede salir tranquilo…donde está la paz?”

¿Piensa que Colombia ha logrado la paz?

Muchos ciudadanos se sentían  decepcionados por el acuerdo de paz y desilusionados con la situación política actual en el país. Como señaló Mariana, estudiante, la firma de paz “era un acuerdo firmado por protocolo pero no ha cambiado nada.” De acuerdo con este punto de vista, Laura, la vendedora de aromáticas, rogó que las firmas “se hicieran realidad.”  Según Jon, el vigilante, para un país que desafortunadamente sigue en las mismas “la paz es un proceso muy largo.” David, recepcionista de 30 años, era más optimista y dijo que al menos el país no vive en guerra como antes, cuando “no había vencedores…todos perdimos.”

¿En su opinión qué constituiría la paz en el país?

Para Mariana, la estudiante, Colombia lograría la paz “si fueran más justas las cosas.” Destacó la corrupción de los gobernantes y afirmó que “todo empieza desde la gente que uno vota.” Para Laura, la paz radica en menos desigualdad y más apoyo del estado para los estratos bajos y los vendedores ambulantes de la tercera edad que, para ganarse la vida, no pueden jubilarse. Y según Jon, la paz se encuentra en la tolerancia. Afirmó que la responsabilidad es de “uno mismo” para lograr una paz “no solo entre la guerrilla y el gobierno sino entre nosotros.” Señaló que como vigilante ve muchas cosas y nota que “nadie pone su granito de arena” para construir una sociedad más tolerante.

En conclusión, a pesar de la firma oficial del acuerdo de paz hace poco más de 3 años, Colombia todavía está en proceso de consecución de una paz absoluta que llegue a todas las regiones del país. Es importante reconocer que estas repuestas reflejan un punto de vista muy regionalista, ya que todos los entrevistados eran rolos. Tal vez un sector demográfico rural sería más optimista sobre la paz ya que, al parecer, el campo se ha vuelto mucho más seguro con la desmovilización de la guerrilla.

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Mural en Cali. A través del muralismo y el grafiti, el pueblo ha abordado la historia sangrienta del país.

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Medellín, la segunda ciudad del país y la que más sufrió el conflicto armado

“What peace?” Bogotano responses to the acuerdo de paz

On 24th November 2016 a peace treaty was signed between the Colombian Government, headed by the then president Juan Miguel Santos, and the FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Given that this treaty put an end to an armed conflict that lasted nearly 70 years, I came to Colombia with the idea that everyone would feel proud to have finally achieved peace. However, having carried out some interviews in Bogota, it would seem that peace remains elusive and that the treaty is still a polemical issue. In the interview I posed three questions all of which provoked surprising responses: What does peace mean for you? Do you think that Colombia has achieved peace? What would constitute peace in Colombia?

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Museo Casa de la Memoria, Medellín: memorias de violencia y resistencia

What does peace mean for you? 

For the majority of the bogotano interviewees, peace meant an equal society with less crime. This social focus surprised me given that, for a country that has lived through much war, the responses weren’t related to the armed conflict as such, but rather to social problems. Perhaps this kind of response reflects the regionalist viewpoint of the interviewees and their urban outlook. If we had been to another region, perhaps more rural, I think that the responses would have focused more upon the armed conflict, narcotraffic and the guerrilla. As Jon, a bogotano security guard, recognises: “the armed conflict isn’t really here in Bogota, but rather on top of the towns, the villages, the campesinos.” The responses of the bogotanos made me think about what certain Colombian “violentologists” call “the third violence”, which is urban violence caused by the unemployment and poverty of marginal, rural populations which were displaced from the countryside to large cities like Bogota, Medellin or Cali. These movements gave rise to social problems such as urban poverty, crime and gangs that hinder the attainment of “peace” in large cities. As Laura, a hot drinks vendor states: “[in Bogota] there is a lot of crime, drug addiction, you can’t leave your home relaxed…that’s not peace.”

Do you think that Colombia has achieved peace?

Many citizens felt deceived by the peace agreement and disillusioned with the current political situation in the country. A student Mariana said that the signing of the peace treaty was an “agreement signed out of protocol but that hasn’t changed anything.” Likewise, Laura, the hot drinks vendor begged that the treaty actually “became a reality.” According to Jon the security guard, for a country which unfortunately still faces the same problems as before, the attainment of peace will be “a very long process.” David, a 30 year old receptionist, was more optimistic arguing that at least the country no longer lives in war like before, when “there were no victors…we all lost.”

In your opinion what would constitute peace in the country?

For Mariana, the student, Colombia would achieve peace “if things were fairer.” She highlighted the corruption of leaders and stated that “all starts from the people for whom we vote.” For Laura, peace lies in less inequality and more state support for the lowest social strata and the elderly street vendors who, in order to make ends meet, are unable to retire. And according to Jon, the key to peace is tolerance. He pointed out that as a street security guard he sees a lot of things and is witness to the fact that “nobody does their bit” to construct a more tolerant society.

In conclusion, despite the official signing of the peace treaty just over 3 years ago, Colombia is still in the process of attaining an absolute peace that may reach all of the country’s regions. It’s important to recognise that these responses reflect a very regionalist bogotano point of view. Perhaps a rural demographic would be more optimistic about the peace treaty given that the countryside has become a lot safer with the demobilisation of the guerrilla.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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